
El éxito no termina en el checkout; empieza ahí. A medida que las marcas se esfuerzan por perfeccionar procesos de pago fluidos y políticas de devolución flexibles, están descubriendo una nueva realidad: la verdadera experiencia de marca comienza después de que el cliente hace clic en "comprar". La entrega, antes tratada como una operación de backend, ahora se sitúa en el centro de toda la operativa. Es donde se construye la expectativa, se pone a prueba la confianza y se gana (o se pierde) la fidelidad del cliente. Y en 2025, gestionar bien esa experiencia no será solo importante, será esencial.
Aquí es donde entra en juego la gestión de la experiencia de entrega (Delivery Experience Management - DEM). No se trata de mover cajas y paquetes, sino de gestionar expectativas, emociones y cada punto de contacto entre la compra y la recepción. DEM marca la diferencia entre una transacción para olvidar y un momento de marca memorable.
A medida que las expectativas de los clientes se disparan y la competencia se intensifica, las marcas que prosperen serán aquellas que no solo entreguen rápido, sino que comuniquen con claridad, resuelvan proactivamente y traten la entrega como una parte clave del recorrido del cliente, no como una etapa secundaria.
Qué es la gestión de la experiencia de entrega
La gestión de la experiencia de entrega hace referencia a la coordinación de todos los puntos de contacto con el cliente después del checkout: seguimiento del pedido, actualizaciones proactivas, ventanas de entrega estimadas, páginas de seguimiento personalizadas y notificaciones de soporte. Pero el DEM no trata sobre logística, trata sobre experiencia. Mientras la logística mueve paquetes, DEM gestiona la percepción, generando confianza desde el momento en que se realiza el pedido hasta que llega a manos del cliente.
Y es que esta diferencia es muy importante. Así como muchas marcas han convertido las devoluciones de un centro de coste en una herramienta de fidelización, ahora deben tratar la entrega como algo más que una caja negra. Es la primera experiencia tangible del producto y, a menudo, la última oportunidad de causar una gran primera impresión.
Por qué el DEM será esencial en 2025
En 2025, la entrega no será solo parte de la experiencia de compra: será la experiencia de compra. Las expectativas que antes estaban reservadas a la calidad del producto ahora se extienden a la claridad del seguimiento, la rapidez del envío y la transparencia en la comunicación. Y, al igual que con las devoluciones, una mala experiencia de entrega puede ser un punto de no retorno entre la marca y el cliente.
¿Necesitas pruebas? Según el informe "State of Shipping and Returns 2023" de Körber, el 90% de los consumidores tienen menos probabilidades de volver a comprar en una marca después de una mala experiencia online. Ese mismo sentimiento ahora se está desplazando hacia la entrega. Los clientes esperan actualizaciones en tiempo real, seguimiento sin fricción y una sensación de control. Pero las redes de transporte fragmentadas lo dificultan. Sin DEM, este punto crítico de contacto con la marca queda en manos de terceros, y el cliente se pierde en la oscuridad.
Por qué conviene asumir el control de la experiencia de entrega
El DEM ya no es solo una iniciativa de experiencia de cliente; es una palanca de rendimiento. Hemos visto cómo la estrategia de devoluciones afecta a los resultados: las marcas que ofrecieron cambios instantáneos durante el Black Friday 2024 obtuvieron un 38% de tasas de cambio frente al 22 % de devoluciones. La experiencia de entrega es igual de medible.
Una mala entrega genera abandono, reseñas negativas y satura al equipo de Atención al cliente. Gran parte de los tickets de atención al cliente son simples consultas de “¿Dónde está mi pedido?”, que se pueden evitar con un seguimiento proactivo. En cambio, una buena entrega significa clientes recurrentes y menor carga en soporte.
Por qué la entrega no puede gestionarse por separado
Las marcas más exitosas no gestionan la entrega de forma aislada: la conectan con todo el proceso post-venta. Eso significa que devoluciones, cambios y entrega deben sentirse como una operativa continua, no como sistemas separados.
Incluso con una entrega perfecta, las devoluciones son inevitables. Algunos sectores, como la moda y la electrónica, tienen tasas de devolución de hasta el 40% en moda y el 10% en electrónica, sin importar cuántos detalles de producto se muestren.
Esto demuestra la importancia de integrar el DEM con un proceso de devoluciones optimizado, especialmente en verticales de alta rotación.
Cómo Reveni complementa el DEM
Reveni ayuda a cerrar el círculo. Cuando la entrega falla o un producto no encaja, nuestra plataforma asegura que el siguiente paso (la devolución o el cambio) sea igual de fluido. Al alinear la velocidad y transparencia de las devoluciones con lo que el cliente ya vivió en la entrega, se mantienen las expectativas y se refuerza la fidelidad.
Los cambios instantáneos ahora se envían en 1–2 días, igualando los estándares de entrega exprés que los clientes esperan. Y los reembolsos instantáneos resuelven problemas antes de que empiecen: el 37% de los clientes que recibe uno vuelve a comprar en las siguientes 24 horas. Reveni no solo gestiona devoluciones, extiende la experiencia de marca hasta la resolución.
2025 será el año de los líderes post-venta
De cara a los próximos meses, una cosa está clara: las marcas que controlen la experiencia post-venta, desde la confirmación del pedido hasta la entrega y la devolución, superarán a las que la traten como algo secundario. La entrega no es el paso final, es un detonante. Y cómo se gestione ese momento define todo lo que viene después.